La Alianza Centroamericana frente a la Minería (ACAFREMIN) realizó una conferencia de prensa a través de un Facebook Live, para plantear su posicionamiento respecto a los conflictos ambientales en Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua), relacionados con las industrias extractivas baja un contexto de crisis políticas, sociales y sanitarias en la región.
Según Pedro Cabezas, integrante de la Asociación para el Desarrollo (CRIPDES) de El Salvador, hace meses ACAFREMIN hizo un llamado para que los gobiernos de Centroamérica tomaran una actitud responsable ante la pandemia y se aplicaran políticas que mitigaran su impacto, sin embargo, estos han tomado medidas erráticas que implican violación de derechos humanos y consolidan el modelo económico extractivista, lo que va en contra de una sociedad sostenible y el manejo responsable de los bienes públicos.
Asimismo, nuestra Oficial de Industrias Extractivas, Heizel Tórrez, expresó que durante la crisis del COVID19 una empresa minera decidió cerrar temporalmente operaciones en Nicaragua, argumentando según comunicado por el rápido deterioro entorno global y los crecientes desafíos logísticos de abastecimiento de consumibles, reactivos y otros suministros, dejando en evidencia que la prioridad no es el cuido de la vida de las personas y familias del municipio.
“La población de Camopa y Quizaltepe (Boaco, Nicaragua) teme por la instalación de proyectos mineros en sus territorios, porque no se cuenta con un proceso jurídico, no hay proceso de defensa social, la acción pública es criminalizada y no existen mecanismos de acceso a la información”, agregó.
Por su parte, Luis González, miembro de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) expresó: “En enero de este año, tuvimos una crisis de acceso y calidad de agua que se vio agravada en el área metropolitana de El Salvador, eso en el tema de higiene ante una pandemia donde es importante el lavado de manos, obviamente es grave”.
“Los destructores ambientales no están en cuarentena, acá en El Salvador está la agroindustria como la caña de azúcar que destruye bosques y demanda grandes cantidades de agua, mientras, los líderes y lideresas que cuidan los ríos han estado en cuarentena debido a la pandemia”, agregó.
Por otro lado, Pedro Landa, miembro del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) de la Compañía de Jesús en Honduras, explicó que se aprovechó la pandemia para declarar la minería una actividad esencial para el desarrollo, vía decreto ejecutivo se les permitió a las empresas mineras avanzar en los procesos de exportación sin necesidad de presentar recaudaciones fiscales, lo que permite extraer cualquier cantidad de materiales sin control del Estado.
Finalmente, Julio González, de Madre Selva (Guatemala), expresó que la tierra es el medio de producción donde se pueden seguir determinando las acciones del extractivismo, por eso a los pueblos indígenas se les ha marginado de esta situación política y es una característica en el manejo de la crisis en la región, la única forma de enfrentar esta pandemia es la participación ciudadana.