La acelerada expansión de plantaciones agroindustriales de palma africana de la empresa NaturaAceites en el territorio del área sur de El Estor, Izabal, deja sin posibilidad del acceso al agua a 175 familias q´eqchi´s de la comunidad Guaritas.
Aunque los métodos para luchar contra la COVID-19 consisten en mantener la higiene y el lavado de manos, el derecho al agua, sin embargo, no está garantizado para todas las comunidades q’eqchi’s del país. Hoy es necesario mantener la higiene personal para combatir la pandemia, pero la salud no está disponible para esta comunidad.
Los pobladores de la comunidad Guaritas denunciaron que no se les ha garantizado el agua durante la pandemia. Mujeres, hombres, ancianos y niños tienen que consumir, bañarse y usar como fuente el río que esta contaminado por la empresa o consumir el agua del lago que también esta contaminada por la Minera Guatemalteca de níquel (CGN).
Según Antonio Ichich, acompañante de la comunidad a los pobladores, desde hace 11 años fueron ilusionados por NaturaAceite, que les prometió construir un tanque nuevo de agua para abastecer a dicha comunidad, pero se quedó sólo en ofrecimientos.
Actualmente, en tiempo de verano y coronavirus los comunitarios caminan cinco kilómetros hacía el lago, para abastecer sus tambos, tinajas, cubetas y ollas, para de esa manera tener agua en sus viviendas para el consumo. No tienen otra alternativa para poder sobrevivir.
Carlos Guitz, representante del comité de agua potable de las 175 familias, narró que si la empresa de palma no realiza la construcción del tanque y las autoridades municipales no se presentan ellos saldrán a manifestar de manera pacifica en los próximos días.
Las repercusiones en los derechos individuales y colectivos de las comunidades rurales por la expansión de la palma aceitera, en el uso social del agua, alimentación y ejercicio de la defensa de los derechos humanos se han incrementado. Desde hace 25 años los territorios se han llenado de plantaciones de palma aceitera. Un cultivo ajeno al lugar y que ha ocasionado, sin consulta a los pobladores, ni autorización del Estado, el cambio acelerado del uso del suelo en aquel lugar, el cual pasó de utilización para bosques, potreros y cultivos alimentarios, a territorio exclusivo de palma aceitera, con graves consecuencias sociales y ambientales en la población y cultura q´eqchi´.
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